lunes, 22 de septiembre de 2014

Buceando entre la fauna

Este texto dormía el sueño de los justos en una carpeta del ordenador. Revisando el ordenador con vistas a una próxima reinstalación di con él y recordé el momento en el que lo escribí, el día que supe que nunca tendría el valor de publicarlo o me iban a apedrear. Sin embargo hace unas semanas cuando no confirmé la amistad de alguien desconocido para mi en Facebook y esta persona me insultó a mí y a mi familia fui consciente de que no tengo porqué esconder mis opiniones, al fin y al cabo, haga lo que haga, diga lo que diga, voy a llevar por todos lados. Y no es porque las busque, a la paisana del facebook lo único que le hice fue preguntarle por mensaje de que la conocía o que intereses comunes podríamos tener porque eso de tener a lo vasto gente en mi perfil personalmente no me va. Así que, aunque por una vez vaya yo al encuentro de los problemas no creo que pase nada.
Alla vamos pues ¡arriba el telón!



BUCEANDO EN LA FAUNA DE LOS COLECCIONISTAS
Empezar a coleccionar y entrar en contacto con otros coleccionistas ha sido una de las experiencias más enriquecedoras que he vivido en estos últimos años. En realidad fue como entrar en un pequeño mundo a escala con buena y mala gente. He conocido muchas personas pero casi todas han quedado aparcadas por el camino y muy pocas han seguido el recorrido conmigo, eso si, las que continúan son para mí como hermanas. En alguna ocasión me he visto tan decepcionada que me he separado y aislado y he tardado años en retomar el sendero del coleccionismo. Gracias a que en todas y cada una de mis etapas he encontrado siempre a una amiga que me ha ayudado en el momento oportuno a recuperar la ilusión y a no dejarme vencer por las contrariedades y desengaños.

Lo que más habitualmente me he encontrado es esa maldita tendencia a sobrevalorar lo nuestro y subestimar la posesión del contrario. Eso para los trueques es mortal de necesidad. Difícil llegar a un acuerdo equitativo. El problema es cuando una de las partes es experta en valoraciones a su favor y con el tiempo te das cuenta de que te han estafado, si, con todas las letras, porque es así como te sientes. Y si dices algo… malo, es tan pagada de si misma la persona en cuestión que encima tiene más que decir. ¡Aviados estamos! Mejor callar y aguantar. Menos mal que con el tiempo encontramos otras compañeras a las que les ha pasado lo mismo ¡y con las mismas personas! Conclusión. No somos nosotras, son ellas. Un punto para nuestra autoestima.

Otra es recoger el paquete, entregado por correos o empresa de mensajería. Un precioso paquete, todo enterito, inmaculado, sin más señales que las de tinta o pegatinas de quien se ha encargado de traérnoslo pero cuando lo abrimos ¡zaca! ¡Artículo roto!. Empezamos en plan guay comunicándole a la otra parte que nos ha llegado en mal estado o con tal tara el objeto que tanto deseábamos y si hay suerte se deshace el trato sin más. Pero en otras ocasiones comienza el mareo… que si no lo envié así, que si te lo rompieron en el transporte, que si fuiste tu y me quieres dar el cambiazo… ¡¡¡tortura total!!! Conclusión: en el peor de los casos a tragarse todo, artículo en mal estado, enfado, mala baba, y se genera una desconfianza que pagará en un futuro quien no tenga culpa.

Preciosa Lisa Jean que el vendedor se empeñó en que la rompió Correos.
El embalaje venía perfecto y el material de la muñeca es muy delicado.
El vendedor no aceptó devolución ni rebaja en una compra posterior que estaba pendiente.

Ah! y las fotos, esas hermosas fotos que nos muestran esa cosa tan linda, tan hermosa, tan perfecta…! Tanto que no es la misma cuando llega a casa por más que se empeñarán en decirnos que si (no os creáis que tiene cataratas ¿eh?). Mismo caso del plan anterior pero con engaño descarado, con alevosía y no tiene que ser precisamente con nocturnidad pero si es así las fotos aun salen más oscuras. Después de la tortura de reclamar porque a estas alturas esto si que está claro que es con mala intención me pregunto cual de estas opciones será la mas adecuada: si aconsejarle unas gafas para mejorar la visión o una mejor cámara de fotos porque recomendarle que sea mejor persona creo que estará fuera de lugar.

Y cuando vas a comprar algo especial, algo único, algo por lo que llevas suspirando y ahorrando ya no recuerdas cuanto. Haces una oferta, no te la admiten pero sigues subiendo y finalmente es tuyo. ¡Lo has conseguido! Lo tienes y al fin eres feliz ¿¿¿¿¿de veras?????? Espérate, no corras tanto. Ahora falta que llegue la que ofrece más, mucho más y el vendedor que no sabe lo que es tener palabra y si lo que es lucrarse más pues te da cualquier disculpa (suerte tienes si te dice la verdad aunque sea enmascarada) y te deja compuesta y sin novio.  Y si tienes mala suerte aparece la pavita de turno agitando su colita mientras enseña la pieza en concreto y se pavonea de cómo la consiguió aunque sea contando mentiras. Conclusión: de lo que te cuenten algunos elementos la mitad es mentira, la otra mitad no es verdad.

La más genial es la amiga, la colega, la que se te mete en casa, se hace la mejor amiga del mundo y te camela la familia. Empieza a ofrecerte estupendos cambios o pedirte cosas prestadas. Se lleva las cosas. No te trae ni lo que te tiene que traer a cambio ni te devuelve lo prestado. Y de volver a casa… nada. Lo peor es si tienes hijos pequeños ¿cómo les explicas que de repente ya no son objeto de su interés? Pues fácil, tal cual: “mira cielo, en la vida te encontrarás personas que te valorarán por lo que tienes y no por lo que eres, esas personas en cuanto no puedan conseguir más de ti, no volverán” Suena duro,  y probablemente no lo entenderán, pero apuesto a que lo recordarán el día de mañana. Conclusión: una buena lección de vida pero lo de que entre gente en casa no me gusta.

 Y no cuento ya la que quiere visitarte y ver lo que tienes. La que manosea todo y que cuando se va… te faltan un montón de complementos que lleva en los bolsillos de su abrigo o en su enorme bolso. ¡Hasta muñecas enteras se han llevado! Y no exagero.  Cualquier día hacen gala de su enorme cara y aparecen con camión de mudanzas con la disculpa de que vienen a tomar el café. Conclusión: ¡en mi casa no entra ni mi madre!

Y la que está empezando (¡o no!) pero quiere que le vendas tus piezas repetidas por el valor de coste (a ser posible del siglo pasado)  o que les consigas algún artículo especial y probablemente descatalogado apelando a tus contactos y para luego dejarte literalmente colgada diciéndote tan anchas y panchas que ya no les interesa y ahí te quedas amañandote como puedas, es decir ya te puedes espabilar y buscar la manera de revenderlas o regalarlas porque te has quedado a dos velas y con cara de boba… Eso ya ni nombre tiene.

Y si te cansas de los trueques o no te interesa nada de lo que te ofrecen y prefieres vender para sacarte unos euros con los que ir comprando algo que realmente te apetece te vas a encontrar de todo. Si eres regateadora nata pues ármate de valor porque te van a hacer lo mismo y más vale que no te quejes, donde las dan, las toman. Si no sabes regatear, encomiéndate a quien puedas y agárrate fuerte. No hay ningún problema en regatear, ¡ojo! me parece estupendo. Lo que ya no me parece tanto es aquel que cuando te vende no te perdona ni ese medio euro que tu sabes que está cobrando de más de los gastos de envío y que te los endosa como manipulación y por el papel (a veces reciclado de otro paquete, o simplemente un cartón del revés), o la cinta del embalaje. Pero mira por donde, que cuando le vendes tu, te llora hasta la saliva del sello de correos que curiosamente ya ni se pone porque actualmente te plantan una pegatina. ¡Si es que hay que tener cara y armarse de un valor...! Eso en los gastos de envío porque  cuando compran el artículo a cierto precio, sea en subasta o a precio fijo empiezan a lloriquearte que si están en el paro, que si no tienen ingresos, que si es para un regalo, que si es para ¡la madre que los parió!. ¡Oigan que nadie les obliga a comprar, y que si no pueden pagar pues que NO COMPREN!. Es así de sencillo. Además hoy en día muchos vendedores admiten que les paguen en varios plazos. Es cuestión de hablarlo antes con el vendedor y ponerse de acuerdo. Pero hablarlo ANTES, y no vacilar después. Conclusión: ¿la paciencia se vende en algún lado? Ese si sería un negocio redondo.

¿Continuo? ¿Se me queda algo en el teclado del ordenador? Seguro que si, pero no hay problema. Lo bueno de esto es que puedo entrar mil y una veces y rehacer el texto todas las veces que me de la gana ¡hasta que fuerza mayor me lo impida!  De todas formas seguro que en algún caso te has visto reflejada o reflejado y eso es porque en el fondo siempre pasa lo mismo, los problemas siempre son los mismos y nuestras debilidades son las mismas. Y por desgracia, la historia se repite una y otra vez, como si de un bucle se tratara. Creo que forma parte de nuestra naturaleza humana.


PD: Y si por un casual te preguntas si yo creo ser más afín a alguno de estos tipos te dire que siiiiiii, que indudablemente yo sobrevaloro lo mío pero infravaloro lo ajeno. Y bueno, de lengua afilada no ando corta y seguro que muchas otras cosas más que yo no me veo porque ya sabes aquello de que se ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. En todo caso, procura no inflarme el ego ni pisarme la autoestima demasiado.


2 comentarios:

  1. Guau!! Vaya malas experienciass has tenido!!!! Pero me lo creo todo. Yo soy relativamente nueva en lo del coleccionismo y por todo lo que he ido leyendo por ahí no me fio de comprar por internet determinadas cosas.... Lo bueno es que no todo el mundo es así....seguro que tienes buenas amigas de verdad en este mundillo....He llegado a ti ínvestigando sobre Sintra. Voy a hacerme seguidora, con tu permiso, y te mandaré un correo para hacerte una consulta a ver si me puedes ayudar. Animo!!!

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  2. Hola. No todo lo que cuento me ha pasado a mi, pero si a amigas muy cercana y de hecho, incluso, me he dejado algunas experiencias propias o ajenas en el tintero. Algún día si me animo me ocuparé en ir añadiendo las historias. Si tengo buenas y muy buenas amigas en este mundillo, pero al igual que en los otros aspectos de mi vida podría decirse que son una de cada cien. Por otro lado soy de caracter abrupto y con bastante retranca gallega lo que no suele ser facilmente comprensible aunque sinceramente... no es mi problema a estas alturas. Puedes consultar lo que quieras, si puedo ayudarte lo haré. Y si eres relativamente nueva me temo que los ánimos te los daré yo a ti... porque pronto darás con algún espécimen de la fauna. Saludos.

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